San Francisco de Sales: modelo de periodista y comunicador católico

San Francisco de Sales (1567 – 1622), Obispo y Doctor de la Iglesia, "Patrono del periodismo".

La figura de San Francisco de Sales se actualiza hoy en la “sociedad de la información”, caracterizada por el influjo permanente de los medios de comunicación, redes sociales e Internet, el periodismo en todas sus formas (impreso, radial, televisivo y digital).

Precisamente, la Iglesia Católica realiza la tarea de evangelización a través de los medios de comunicación, tarea que se viene realizando con más énfasis por la presencia de las “tecnologías de información y comunicación”.

¿Cuál es en esencia el significado de San Francisco de Sales? Él se valió de la imprenta de Gutenberg para difundir mensajes “de manera masiva” en su tiempo, incluso en medio de la adversidad. Como se sabe un episodio de su vida lo convirtió en el patrono de los periodistas católicos. “Los protestantes, movidos unos por el miedo y otros por el respeto humano, no acudían a escuchar la predicación de los misioneros. De esta forma, los esfuerzos de éstos se estrellaban ante la imposibilidad de hacerse oír. San Francisco se decidió a cambiar de táctica. Ya que no le oían de viva, le leerían. Dicho y hecho, durante el día redactaba unas hojas que por la noche se distribuían a las puertas de las casas. Así, tenemos sus célebres Controversias, libro maravilloso, escrito en un estilo punzante y vivo, verdadero modelo de periodismo católico. Y el éxito que se obtuvo en esta empresa demostró el acierto con que había sido concebida; quienes no le oían, lo leyeron y terminaron convirtiéndose” (Año Cristiano, pag. 476)

Con justicia, en 1923 la Iglesia Católica lo nombró santo patrón de los periodistas y de los escritores. Su magisterio sigue vigente, porque en el mundo actual las comunicaciones tienen un rol decisivo en la vida de las personas, las sociedades. Comunicar es compartir, pero exige además la vocación de saber escuchar y de tener empatía, y una fidelidad absoluta a la verdad, porque “la verdad nos hará libres”, según dijo nuestro señor Jesucristo.

BUSCANDO EL PERFIL DEL COMUNICADOR CATÓLICO

 “La devoción y la defensa de la fe que caracterizaron a este santo y doctor de la Iglesia son puestas como modelo para los periodistas y escritores, cuyo norte debe ser siempre la difusión de la verdad y la edificación de la humanidad.

Tanto el periodismo como la literatura necesitan del don de la palabra, y a través de ella manifestar la belleza y transmitir toda noticia que sirva para el progreso y el crecimiento espiritual e intelectual de los pueblos. Ambos oficios reclaman, de quien los ejerce, una particular vocación que se antepone ante cualquier interés malsano o sectario”, señala el portal web Catholic.net

El Pbro. Walter Moschetti en»Buscando el perfil de Comunicador Católico», afirma:

“El planteamiento inicial que hacemos al buscar el perfil del comunicador católico es preguntarnos «Quiénes somos?». Tan valioso es identificar esta identidad propia, que nos sitúa como cristianos comprometidos en la tarea evangelizadora de la Iglesia, que determinará nuestra acción y hará que nuestro compromiso sea más consciente, y de allí, más efectiva nuestra tarea.

La realidad relativamente nueva de la comunicación social en la vida del mundo y de la Iglesia, hace que muchas veces no estemos situados como comunicadores católicos dentro de la Pastoral orgánica de la diócesis, o incluso de nuestra parroquia, movimiento o institución. Es más fácil identificar y nuclear a catequistas, voluntarios de Cáritas, ministros y colaboradores de la liturgia, que a los que estamos realizando nuestro apostolado utilizando los instrumentos de la comunicación social. Busquemos nuestro lugar, organicemos nuestra pastoral, tan vinculada con las demás pastorales, encontrémonos para compartir nuestra tarea, seamos factores de comunión y unidad en nuestras comunidades.

La Iglesia nos llama a una nueva evangelización, nueva en sus métodos, en sus expresiones y en su ardor. Necesitamos siempre encontrar nuevos lenguajes para anunciar el Evangelio. Es muy significativo lo que nosotros podemos aportar a este tiempo. El hecho de estar capacitados para utilizar el lenguaje de los medios nos pone en un lugar privilegiado a la hora de evangelizar. Como decía Pablo VI «Nos sentiríamos culpables delante de Dios si no utilizáramos estos poderosos medios para evangelizar».

Por ser tan importante nuestra tarea ˆmisión recibida del Señor e impulsada por la Iglesia- no podemos comunicar de cualquier manera. Debemos apuntar a la excelencia en la comunicación católica. Nuestro estilo de comunicar debería ser modélico. Allí mostraremos la dignidad y riqueza de la Palabra de Dios. Por eso hemos de buscar cada día capacitarnos para utilizar debidamente la palabra, la escritura, la imagen e incluso las nuevas tecnologías. El comunicador católico debe estar capacitado técnicamente para esta tarea que le exige una constante creatividad puesta al servicio del Reino. Debemos generar ideas originales, entretenidas, capaces de llegar al corazón de nuestro interlocutor y transformar su vida con el poder vivificador del Evangelio. Los más jóvenes deben buscar alcanzar una preparación terciaria o universitaria en este campo.

Nos faltan profesionales consagrados a vivir este apostolado con convicción, coherencia y calidad profesional. Nos falta muchas veces la necesaria astucia de la que hablaba Jesús desafiándonos a la evangelización.

Claro que no basta la preparación técnica. Hay que tener algo que decir. De allí que sea tan importante la formación doctrinal. Y esta es una formación permanente. Hoy día no basta haber hecho un curso bíblico, o un seminario de catequesis, ni siquiera ser profesor de teología…Cada día debemos leer, estudiar, investigar, para «dar razones de nuestra fe», como nos dice San Pablo. Debemos fundamentar la verdad que proclamamos. La Iglesia en su larga tradición magisterial tiene elaborados infinidad de documentos que argumentan sus dogmas y su moral. Nosotros debemos ir siempre a esas fuentes. No podemos ser «opinólogos» ˆcomo tantos presentes en los medios-. Cada tema que tratamos debe ser tratado con responsabilidad, pues estamos comprometidos con la Verdad.

Muchas veces creemos que basta la sola experiencia subjetiva de la fe, y solemos separar lo doctrinal de lo vivencial. En realidad la teología debe llevarnos al Sagrario. A medida que profundizamos intelectualmente la fe, ésta debe crecer y transformarse en oración, en encuentro con el Dios vivo. Es que de esta experiencia profunda y auténtica debe hablar luego nuestra boca. El comunicador católico ˆevangelizador en el seno de la Iglesia- es un testigo de Cristo, y como los apóstoles ha de decir aquello «que ha visto y oído», su experiencia profunda de fe personal y comunitaria. No podrá pues, callar… es que «de la abundancia del corazón habla la boca», y esto lo perciben los receptores de nuestros mensajes, pues «quien come ajo huele a ajo, quien come Eucaristía, huele a Eucaristía…»

Pensar en nuestra identidad como comunicadores católicos es pensar en nuestro singular camino de santidad. Miremos a los patronos de la comunicación. Cuánto bien podemos sacar para nuestra vida espiritual si indagamos sobre la vida y misión del apóstol San Pablo, de San Maximiliano Kolbe, de San Francisco de Sales, de San Juan Bosco, de San Juan Crisóstomo, del Beato Santiago Alberione, el Beato Manuel Lozano Garrido «Lolo» (primer periodista laico beatificado por la Iglesia Católica, entre otros.

DON BOSCO Y LOS SALESIANOS

Los salesianos de Don Bosco fueron fundados el 18 de diciembre de 1859 por Juan Bosco en el Oratorio de San Francisco de Sales, Valdocco, Turín (Italia). El nombre dado por el fundador fue el de Pía Sociedad de San Francisco de Sales.

Don Bosco le dio el nombre a su Congregación de «Salesianos» en honor del santo obispo de Ginebra, Francisco de Sales (1567-1622). Al igual que Don Bosco, Francisco nació en Saboya, en la población de Sales (Alta Saboya, hoy en Francia). La influencia de San Francisco de Sales en la espiritualidad  sería muy importante para determinar la manera en que Don Bosco fundaría sus obras de apostolado en favor de la juventud. El santo obispo, doctor de la Iglesia, expone en sus obras un proyecto de santificación desde lo cotidiano y lo sencillo, pero muy especialmente desde la amabilidad y la alegría interior. Don Bosco, entonces, puso al obispo saboyano como patrón de su Congregación y le dio su nombre.

Si bien el término salesianos se relaciona directamente con los sacerdotes y hermanos miembros de la Congregación Salesiana, todos los miembros de la Familia Salesiana, sean religiosos o laicos, tienen el derecho de utilizar dicho nombre probado que estén asociados a la Familia Salesiana. De igual forma el término acompaña numerosos conceptos: «espiritualidad salesiana», «colegio salesiano», «centro juvenil salesiano» y todo aquello que se relacione con Don Bosco.

Fuentes:

Wikipedia

Catholic.Net

Prensa Franciscana del Perú