Queridos hermanos y hermanas,
¡El Señor les dé paz!
Esta Navidad cae exactamente 800 años después de la Navidad en Greccio. Esta Navidad, reconocemos signos de luz y signos de oscuridad al mismo tiempo.
La luz del nacimiento de Jesús llega en un momento en que la paz está amenazada. Muchos de nuestros hermanos y hermanas viven en estas fronteras de guerra y se quedan entre y con la gente, especialmente los pobres.
Hoy queremos hacer nuestro el grito de una humanidad herida , que espera y quiere la paz. Una sola familia humana significa sentir en la piel el dolor de los demás, la desesperación de quien teme por sus hijos, de quien no tiene el alimento necesario como de quien tiene un dolor en el corazón.
Dios mira con amor a nuestro mundo en crisis y por eso da a su Hijo y en la fe nos permite reconocer más puertas abiertas que cerradas, más oportunidades que signos de muerte.
La crisis de este tiempo oscuro es, por lo tanto, también una oportunidad . Una oportunidad para cultivar el diálogo, para un nuevo encuentro con Aquel que se hizo pobre por nosotros y para reafirmar hoy la fe en Jesucristo como memoria y profecía.
¡Queridos hermanos y hermanas! Hoy nos preparamos para vivir juntos una Navidad luminosa y oscura, como en Belén, donde nace un Niño que es Paz y al mismo tiempo amenazado .
En este espíritu ofrezco a todos mis más fraternos deseos de una Santa Navidad y un Feliz Año Nuevo 2023, inicio del Centenario Franciscano.
Fuente: Ordo Fratum Minorum / www.ofm.org / En: https://ofm.org/n-a-9901.html