Apertura del VIII Centenario de la impresión de las llagas de San Francisco

El viernes 5 de enero de 2024, la Familia Franciscana inauguró oficialmente el VIII Centenario de los Estigmas de San Francisco, en el santuario del Monte Alverna, con un acto titulado “De las llagas, la vida nueva”.

El evento inició a las 7:00 AM con el Oficio de Lecturas, al que siguió la oración de Laudes y la Santa Misa presidida por el Ministro general de los Hermanos Menores, Fr. Massimo Fusarelli. En su homilía, Fr. Massimo recordó de qué manera el misterio de la Cruz marcó toda la vida de Francisco: “Me agrada pensar en la biografía íntima de Francisco como un viaje en círculos concéntricos que le conducen al centro, que es Jesús. Lo acabamos de contemplar durante la Navidad en Greccio, allí donde Francisco quiere ver con sus propios ojos la pobreza y las penurias en las que Jesús quiso nacer, ese camino pobre y humilde que eligió para venir a nosotros, para llegar aquí, al Monte Alverna -y de Greccio al Monte Alverna no hay un camino precisamente recto, aunque interiormente sí lo es-, donde Francisco se deja atraer por el misterio de su Señor crucificado y resucitado, porque el Serafín manifiesta a la vez el dolor y la alegría inefable: el centro del camino de Francisco es Jesucristo. Parece tan sencillo, por eso el Centenario que hoy inauguramos puede recordárnoslo, como todos los Centenarios que celebramos”.

A las 11:00 AM, en la Basílica del Santuario, se realizó la ceremonia para la apertura solemne del Centenario, que concluyó en la Capilla de los Estigmas.

Participaron, entre otros, los Ministros generales de la Familia franciscana y representantes de todas las realidades franciscanas; el Obispo de Arezzo-Cortona-Sansepolcro, Mons. Andrea Migliavacca; el Alcalde de Florencia, Dario Nardella, con el estandarte del Ayuntamiento; el Alcalde de Chiusi della Verna, Giampaolo Tellini, y otras autoridades institucionales.

Durante la celebración, cada uno de los Ministros generales dieron sus mensajes a la Familia franciscana. 

Tibor Kauser, OFS, se refirió a Francisco como un probable “influencer” de nuestro tiempo: “Muchos quisieron seguirlo e imitarlo. Todo lo que hacía y decía tenía un gran impacto en la vida de sus compañeros. […] Dios transformó a Francisco, manteniendo muchas cosas en su estilo, sin destruir su personalidad. Este es el milagro, cómo Dios puede transformar a una persona cambiando cosas de la vida y convirtiendo lo amargo en dulce”.

Sor Frances Marie Duncan, CFI-TOR, subrayó que San Francisco es a todos los efectos un “Alter Christus”, unido a Él en el signo de las llagas, que vinculan el amor a los sufrimientos padecidos por Jesús en la cruz.

Fr. Amando Trujillo Cano, TOR, se centró en el vínculo profundo entre Francisco y el Crucificado: desde la iglesia de San Damián, donde el Señor le mostró el camino para reparar su Iglesia, hasta el monte Alverna, donde vio las llagas de Cristo impresas en su cuerpo.

Fr. Carlos Trovarelli, OFMConv, afirmó que “Es ante el Crucificado y al pie de la Cruz donde podemos comprender plenamente la perspectiva de todo el Evangelio. En la Cruz de Cristo se forma la comunidad de los fieles como una fraternidad, en la que el fundamento teológico es el sacrificio pascual de Jesús. […] Francisco de Asís, que decía no ser teólogo, nos indica una elevada espiritualidad cristocéntrica, fuente del amor por todas las criaturas”.

Fr. Massimo Fusarelli, OFM, evocó la manera en que el Poverello subió al monte Alverna en un momento de crisis, a causa de las dificultades que traían consigo la redacción de la Regla: “Desde el encuentro con el Crucificado en el Monte Alverna, que fue el sello de todo su viaje, Francisco no salió centrado y replegado en sí mismo. Las biografías nos cuentan cómo Francisco se convirtió aún más en un predicador del Evangelio, el cual le había marcado hasta la carne. […] Anunciar al Señor primero con su vida y después con su palabra. Francisco vivió esta palabra de la Regla hasta el final. Más que nunca, la misión es fruto y transparencia del encuentro con el Señor. He aquí una lección viva y permanente de los Estigmas”.

Fra Roberto Genuin, OFMcap, destacó cómo “la Cruz de Jesús está en el centro del mundo y de la historia de la humanidad. Se yergue como un doble signo: el signo de la crueldad del hombre que, en su desconcierto, llegó a crucificar al Autor de la vida; el signo del amor gratuito e infinito de Dios que ninguna violencia, ningún rechazo puede detener. […] Francisco de Asís experimentó el amor de Dios en su vida y quedó ‘marcado’ por él. A su vez, se convirtió en un signo, un recuerdo, una prueba de Dios que ama de forma infinita y gratuita”.

Fr. Livio Crisci, Ministro provincial de los Hermanos Menores de la Toscana, quien ha presidido la Misa, comentó: “Así como en la Navidad de 1223 Francisco quiso representar el pesebre para ver con sus propios ojos el amor de Dios encarnado en el Niño, en septiembre de 1224 quiso sentir un poco de aquel dolor que Cristo sufrió en la cruz para salvar a la humanidad. De Belén al Calvario es el itinerario que, como franciscanos, vamos a emprender para celebrar, después de ocho siglos desde el primer pesebre, ocho siglos desde aquel acontecimiento prodigioso que fue la impresión de las llagas en el cuerpo del Poverello de Asís”

Hasta el 17 de septiembre del 2024, la Familia Franciscana de la Toscana promoverá numerosas iniciativas entre el Alverna, Florencia y el territorio toscano, para redescubrir y actualizar el mensaje que emana de la experiencia de Francisco en el monte sagrado: lo que para el mundo es una herida y una derrota, puede convertirse en una oportunidad de vida nueva y de reconciliación con el hombre y la creación.

Enlace del programa: https://www.laverna.it/centenario/ 

Descarga el folleto de la celebración

Lee la homilía de Fr Massimo Fusarelli

FUENTE: www.ofm.org, en: https://ofm.org/es/apertura-del-viii-centenario-de-la-impresion-de-las-llagas-de-san-francisco.html