El pasado domingo 14 de abril falleció en la ciudad de Lima nuestro querido sacerdote franciscano Fr. Amílcar Ramos Delgado OFM (1927 – 2024). Nuestras oraciones por el eterno descanso de su alma.
Nació en 1929 en Chihuata, pueblo ubicado al pie del volcán Misti en Arequipa. Fue Ministro Provincial de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú desde 1976 hasta 1981, época en que fue gestor de las obras de refacción del Convento de San Francisco de Lima. Otra de sus obras fue la construcción del Colegio San Francisco de Cayma (Arequipa). En ambas contó con el financiamiento de los franciscanos de la Misión Central de Alemania.
Recordarmos hoy a Fr. Amilcar Ramos Delgado OFM publicando esta entrevista inédita que se realizó el 17 de abril en su celda del Convento de San Francisco de Lima en 2022.
– ¿Cómo ingresó a la Orden Franciscana?
– Mis padres eran muy religiosos, ellos acogían bien a la gente. Yo conocí al Padre Padilla y Lobatón, yo estaba en el Seminario Diocesano, en el clero secular. Pero me fui interesando por el franciscanismo.
Comencé a estudiar la primaria en el Colegio Mercedario, de allí pasé al Independencia. Al terminar 4to año ingresé al Seminario, porque había más relación con los curas que nos enseñaban religión. Así me interesé en ser sacerdote.
Me ordené el 9 de marzo de 1958 en Cusco, con el P. Abanto. La primera salida del estudiantado fue al Colegio Seráfico de Tiabaya (Arequipa), yo era director espiritual y profesor de religión en el Colegio San Francisco, y de noche enseñaba en el Colegio Antoniano. Pero cuando uno no tiene título en el Ministerio de Educación lo tratan a uno como de tercera categoría, así que me dije “Tengo que estudiar pedagogía”. Me inscribí en la Escuela Normal Superior Obisco Calienes del Cusco, allí saqué mi título de profesor en Filosofía y Ciencias Sociales.

– ¿Cuándo empieza a tener labores directivas en la Provincia de los XII Apóstoles?
Donde he ido siempre hice alguna obra. Pero la más grande fue la remodelación del Convento San Francisco de Lima, en el tiempo que fui Ministro Provincial desde 1976 hasta 1981, en que me cambiaron a Arequipa y allí empecé la construcción del Colegio San Francisco en Cayma.
– ¿Cuál era la situación del Convento?
– Bueno, el convento estaba en mal estado, era todo de quincha y había áreas en ruinas. No existía la Av. Abancay, todo eso eran huertas y teníamos paso a la Casa de la Tercera Orden. Incluso el Seminario se había apoderado de parte de esos terrenos y tuvimos que luchar mucho para recuperar esa propiedad. Cuando yo entré de provincial, la Casa no tenía medios económicos. En esa época el ministro general convocó a una reunión de todos los provinciales del mundo. Allí conocí Europa y a todos los ministros.
Hablé con el Padre General y le pedí ayuda. Él me dijo “Habla con los alemanes”. Me dijo que conocía el Convento San Francisco de Jesús de Lima, y que sabía que estaba casi en escombros. El provincial de Alemania también había estado en este convento y sabían cómo estaba. Pero me preguntaron si tenía un proyecto, entonces yo tuve que buscar un ingeniero. A los dos meses vino el ecónomo de los alemanes, el padre Arnold Müller. El padre guardián era el P. Alméciga, quien me recomendó que lo reciba personalmente y que lo atendiera bien. Pude entrevistarme con el P. Muller, quien vino especialmente a Lima a ver el proyecto. Cité al ingeniero para exponerle la situación y las obras que queríamos realizar. Él me pidió el proyecto definitivo. Finalmente aceptaron y nos dieron el financiamiento, y nos alcanzó para construir tres pisos de cemento. Antes todo era caña y adobe, lo cual se tuvo que sacar para la nueva construcción. Sacamos más de tres toneladas de basura. Nos alcanzó para realizar toda la obra y pagar semanalmente a los obreros. La construcción demoró tres años. Cuando terminé de provincial, ya teníamos un nuevo Convento, y además construimos el Museo Catacumbas.
De allí me cambiaron a Arequipa, y el Colegio antiguo Jerusalén estaba cayéndose. Conseguí un ingeniero de Arequipa y comenzamos el proyecto, el cual también fue apoyado por los alemanes. Yo les escribí una carta de agradecimiento, por su bondad y su ayuda. Si no hubiesen sido ellos, nadie nos hubiera ayudado.
– ¿Y después de Cayma donde lo trasladaron?
Me cambiaron a Mollendo, estuve poco tiempo. Regresé a Arequipa y pasé por Tacna. Empecé a sufrir de la rodilla. Actualmente me siento bien, controlo la presión alta, cuido los alimentos que ingiero.
– ¿Cómo transcurren sus días actualmente?
– Tranquilo, no discuto, no reclamo nada.
– Un mensaje para todos los religiosos franciscanos y para el pueblo católico
– Siempre confiar Dios y cumplir su santa palabra. Amar al prójimo como a un mismo y cumplir la voluntad de Dios en todo. Y a mis hermanos franciscanos: ser perseverantes en la humildad y en la evangelización, siguiendo a Cristo pobre al estilo de San Francisco.
PRENSA FRANCISCANA DEL PERÚ / Entrevista por Fr. Abel Pacheco Sánchez OFM realizada para el Proyecto Oralidad: Memoria viviente de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú.