El día de hoy falleció en la ciudad de Piura el padre Fr. Jorge Christopherson Petit OFM, noticia que ha causado honda tristeza en la familia franciscana. Dios lo tenga en su santa gloria, que brille para él la luz perpetua.
Fr. Jorge Christopherson Petit OFM nació el 15 de marzo de 1945 en Lima. Hizo su profesión simple el 07 de marzo de 1971 y su profesión solemne el 29 de junio de 1975. Se ordenó como sacerdote franciscano el 27 de marzo de 1977.
Publicamos a continuación una entrevista realizada el 2 de mayo de 2018 como parte del Proyecto Oralidad: Memoria de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú, bajo la dirección de Fr. Abel Pacheco Sánchez OFM, en la que el cuenta aspectos muy significativos de su vida sacerdotal y además hace mención a otros sacerdotes franciscanos.
En este conversación dio unos datos autobiográficos: “Yo nací en Lima, en los Barrios Altos el 15 de marzo de 1945, tengo 73 años de edad. Mi mamá es hija de limeños, nieta de españoles, el apellido es catalán. Mi papá era inglés. Yo me eduqué en el colegio salesiano, y entré a ser salesiano y al noviciado en Bolivia. Pero estudiando las órdenes religiosas me interesé en la Orden Franciscana, y mi maestro el padre Pascual -que era un santo- me aconsejó que pidiera a María Auxiliadora que me iluminara y me ayude a decidir el camino a seguir. Finalmente decidí ser sacerdote franciscano. Hice mi noviciado en el Cusco, mi maestro fue el padre Anselmo Díaz, ingresando en 1969. Me ordené el 27 marzo 1977. He sido vicario y ecónomo del convento San José Obrero en Arequipa, fui superior y párroco en Puno. Además Vicario en Lima, párroco en Breña, y doce años fui guardián de Lima. Luego seis años nuevamente Vicario de Lima, luego me destinaron a Piura durante doce años, allí estuve trabajando con el padre Rodolfo Ávalos, una persona muy especial. Hasta que este año me han nombrado a Lima. Aquí vivo tranquilo trabajo en el ministerio sacerdotal. La Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú ha cambiado mucho, porque los tiempos han cambiado. Y estamos en el mundo y hay que cambiar, pero no nos podemos quedar. Y deseamos estar siempre fieles al carisma del fundador, aun en medio de todos los avances de la ciencia, vivir en amor, la humildad, la sencillez. Mi mensaje a los jóvenes frailes es que cuiden la vocación, que Dios no de la fuerza para seguir adelante. Si aceptamos, Dios pone todos los medios para poderla realizar, para evadir tantos peligros que hay en el mundo”.
ENTREVISTA A FR. JORGE CHRISTOPHERSON PETIT OFM PARA PRENSA FRANCISCANA DEL PERÚ
Estamos con el padre Jorge Christopherson Petit OFM, para conversar acerca de algunos sacerdotes y hermanos de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú. Teniendo en cuenta que usted ha conocido a muchos sacerdotes que ya no están, nos gustaría que nos de alguna semblanza y recuerdo acerca de ellos, para conocer más sobre su vida y obra.
- ¿Qué recuerdos tiene de Mons. Salvador Herrera Pinto?
- Mons. Salvador Herrera, cuando era sacerdote, antes de ser obispo, estuvo en Pomata y restauró la iglesia. Eso le valió para que lo hicieran obispo de Puno, pero muy pronto tuvo que renunciar porque se enfermó de la vista, en la década del 50. Como obispo atendió el seminario, visitaba los pueblos de su Diócesis, era un hombre muy dedicado a su trabajo, viajaba incluso a lomo de mula por la serranía, y luego tuvo una úlcera que le salió por esos trajines. Era muy franciscano, a la vez tenía un carácter difícil, muy recto, él no soportaba ver a un fraile sin hábito, y creo que sufrió mucho con todas las reformas del Concilio Vaticano II. Estuvo recluido aquí, se enfermó de la vista y estuvo aquí en el convento hasta su muerte durante casi treinta años.
- Otro Obispo franciscano fue Mons. Federico Richter Fernández Prada
- Mons. Richter primero fue provincial durante catorce años. Lo nombraron provincial cuando era Vicario, el provincial murió y él asumió dos años inicialmente, porque así eran las leyes de esa época, Luego en el Capítulo lo nombraron oficialmente como ministro provincial. Muy fraterno, muy cariñoso, comprensivo, por eso lo reelegían porque era muy asequible, visitaba las casas para ver sus necesidades. Luego fue nombrado guardián de Lima. Inicialmente fue obispo auxiliar de Piura y de allí como Obispo de Ayacucho, estuvo en la época del terrorismo. Él nunca tuvo miedo del terrorismo, por ejemplo que recuerdo que los superiores como una manera de prevención querían asegurar la casa donde él vivía con rejas y todo eso, pero él no quería, y decía. “Para qué tanto seguro. Si los terroristas me quieren matar, me mataran en cualquier lado”. Él era de allá, de ascendencia alemana, pero nació en Huanta. Él quería mucho a todos, atendía a todos en su oficina, a todos los que querían hablar. Era historiador y ha escrito muchos libros sobre la Provincia. Fundó el Instituto de Estudios Históricos Franciscanos y fue miembro de la Comisión de Bienes Culturales de la Iglesia. Renunció al obispado antes de los 75 años, porque había sufrido mucho con el terrorismo, y luego vino y murió aquí en Lima.
- ¿Acerca del P. José María Garmendia que nos puede decir?
- El Padre José María Garmendia era un santo varón. Fue guardián cuando yo era estudiante. También Fue guardián en Puno, y construyó la iglesia que los francisanos tenemos allá. Fue un hombre muy santo, muy bueno, todos lo querían, atendía enfermos, ayudaba espiritualmente, daba a los pobres, muy generoso, un santo varón. El P. Pablo Vizcarra Carrasco era de Moquegua fue provincial de nosotros cuando yo fui estudiante. Un hombre muy bueno, asequible, justo, hacía las cosas como era, y si no eran correctas las denunciaba. Era muy allegado a los estudiantes, siempre nos llamaba para ayudarlo. Tenía un adjunto: el hermano Francisco Chacón, quien hacía de todo, las compras, el correo, la administración, y conocía el manejo de la curia. El P. Vizcarra era muy bueno, cariñoso, trataba bien a todos, y nosotros los estudiantes lo quisimos mucho. Años después pidió ir a la Custodia Franciscana de Tierra Santa (porque todas las casas franciscanas tienen representantes en esa Custodia) y se quedó hasta que murió allá casi como a los 90 años.
- ¿Conoció al Padre José Francisco de Guadalupe Mojica?
- El P. Mojica, era un hombre muy especial, renunció a todos sus bienes por ingresar a la Orden Franciscana, nunca tuvo nada, todo lo entregó a las vocaciones. Siendo sacerdote, cuando hizo las dos nuevas películas, todo lo recaudado fue para los estudiantes, él daba todo. Ya para los finales de su vida hizo la obra teatral La Perricholi. El gobierno militar nos querían quitar los impuestos, el padre era tan conocido que todos los días se llenaba el teatro. Y esas entradas eran para los estudiantes. Tuvo que salir a la televisión a reclamar, porque el gobierno militar quería confiscar los impuestos, pero luego le concedieron. En Rontoy, la casa de la familia Álvarez Calderón, se la prestaron para las vocaciones sacerdotales, vinieron de diferentes lugares del mundo. Esa casa era casa hacienda, pero con la reforma agraria la familia perdió toda la hacienda y la casa. En México tiene muchos seguidores, creo que quieren iniciar la causa de beatificación… era un hombre muy desprendido, le traían muchas cosas, regalos, y todo lo repartía, todo lo regalaba, no se quedaba con nada. Con toda la plata que él tuvo, cuando entró al convento vivía en absoluta pobreza; fíjate que para salir a la calle tenía que pedir al padre ecónomo para el pasaje. Era un hombre muy querido.
- ¿Una de las vocaciones que ayudó fue la del P. Alejandro Palacios?
- Efectivamente. El P. Palacios, era de Ecuador, ha sido mi maestro de teología. Un hombre muy recto, muy preparado, muy justo. Cuando tenía que castigar, castigaba Cuando uno confesaba su falta, él perdonaba… Y cuando uno se callaba, y el descubría, te dejaba un mes sin salir a la calle. Ya sabíamos que cuando cometíamos una falta lo mejor era comunicarle. Era un maestro ideal, formó buenos sacerdotes. Dejó dos arzobispos: Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo, y Mons. Richard Alarcón Urrutia, arzobispo del Cusco; y tiene sacerdotes que están en en Puerto Rico, con cargos en las diócesis o con responsabilidad en el ministerio sacerdotal, que es una cualidad en la que él insistía mucho. En homenaje a él porque fue un buen maestro, cuando estábamos ordenados, siempre nos llamaba, nos escribía, nos aconsejaba. Ayudaba en Radio María, pero fue un gran formador y orientador de vocaciones. En homenaje a él procuramos ser cada vez mejores. Tiene una hermana mayor que este año cumple 100 años, y allá en Ecuador están preparándole su homenaje.
- ¿Conoció al P. Machuca?
- P. Machuca es un sacerdote de la provincia que ha trabaja en Urquillos, Cusco, otros conventos, y Puno; de allí vino a Lima a descansar, celebraba su misa y confesaba, Y aquí se quedó hasta que muró.
- ¿Qué nos puede decir de Fr. Diego Segovia?
- Diego Segovia era hermano, no clérigo, Con el P. Orestes Alegre fundaron la casa que tenemos en Tacna; les dieron un terreno y bajo un árbol hicieron su casita y allí vivieron. Allí poco a poco fueron gestionando, la Provincia los ayudó, y así construyeron la casa. Luego vino a Lima, ya mayor de edad, y aquí se quedó trabajando en el jardín. Fue misionero muchos años de su vida y aquí estuvo hasta que murió. Muy cariñoso, siempre recibía a todos con bendiciones.
- ¿Y el P. Cornejo?
- El P. Cornejo fue párroco de Juliaca muchos años, trabajó en Cusco, luego trabajó en Lima, en la parroquia de Breña. Pero se fue enfermando. Cuando era joven tuvo un accidente, iba con alumnos del colegio San Román a Cusco y se accidentaron, se golpeó fuerte la cabeza. Y muchos años después las secuelas parece que le afectaron porque se empezó a olvidarse de todo, ahora está con Alzheimer total.
- ¿Conoció al P. Maguiña?
- El P. Maguiña, trabajó en muchos conventos. Era muy dado al fútbol, sabía todo, quien hacía los goles, que futbolistas, era muy dado al futbol. Por el clima de Lima se puso mal, y se fue a Chaclacayo donde unas madres alemanas del seminario menor, y allá murió.
- ¿Qué nos puede decir de Mons. Miguel Cabrejos Vidarte?
- Mons. Cabrejos, siendo unos años mayor que yo, pero llevamos teología. Se ordenó de sacerdote, fue nombrado maestro de estudiantes, luego fue a Alemania, después vino a Lima otra vez de maestro, Luego lo llamaron para ser obispo auxiliar de Lima, luego obispo castrense y actualmente es Arzobispo de Trujillo.
- Padre Christopherson, finalmente: ¿nos puede brindar una semblanza autobiográfica de usted?
- Yo nací en Lima, en los Barrios Altos el 15 de marzo de 1945, tengo 73 años de edad. Mi mamá es hija de limeños, nieta de españoles, el apellido es catalán. Mi papá era inglés. Yo me eduqué en el colegio salesiano, y entré a ser salesiano y al noviciado en Bolivia. Pero estudiando las órdenes religiosas me interesé en el franciscano, y mi maestro el padre Pascual -que era un santo- me aconsejó que pidiera a María Auxiliadora que me iluminara y me ayude a decidir el camino a seguir. Finalmente decidí ser sacerdote franciscano. Hice mi noviciado en el Cusco, mi maestro fue el padre Anselmo Díaz, ingresando en 1969. Me ordené el 17 marzo 1977. He sido vicario y ecónomo del convento San José Obrero en Arequipa, fui superior y párroco en Puno. Además Vicario en Lima, párroco en Breña, y doce años fui guardián de Lima. Luego seis años nuevamente Vicario de Lima, luego me destinaron a Piura durante doce años, allí estuve trabajando con el padre Rodolfo Ávalos, una persona muy especial. Hasta que este año me han nombrado a Lima. Aquí vivo tranquilo trabajo en el ministerio sacerdotal. La Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú ha cambiado mucho, porque los tiempos han cambiado. Y estamos en el mundo y hay que cambiar, pero no nos podemos quedar. Y deseamos estar siempre fieles al carisma del fundador, aun en medio de todos los avances de la ciencia, vivir en amor, la humildad, la sencillez. Mi mensaje a los jóvenes frailes es que cuiden la vocación, que Dios no de la fuerza para seguir adelante. Si aceptamos, Dios pone todos los medios para poderla realizar, para evadir tantos peligros que hay en el mundo.
Convento San Francisco de Lima, 2 de mayo de 2018
Entrevista realizada por el periodista Lic. Nivardo Córdova Salinas, colaborador de Prensa Franciscana del Perú, para el Proyecto Oralidad: Memoria viviente de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú, dirigido por Fr. Abel Pacheco Sánchez OFM